Guillermo Montenegro respaldó la baja de retenciones y defendió el rol del campo en la economía argentina

Tras el anuncio del presidente Milei en la Sociedad Rural, el intendente marplatense elogió la medida, valoró el esfuerzo del sector agropecuario y pidió generar confianza con reglas claras

Buenos Aires, 27 de julio de 2025. El intendente de General Pueyrredon, Guillermo Montenegro, expresó su apoyo al presidente Javier Milei luego del anuncio de una nueva reducción de retenciones a la producción agropecuaria. La medida fue comunicada durante el cierre de la tradicional exposición de la Sociedad Rural Argentina en Palermo y forma parte de una serie de reformas impulsadas por el gobierno nacional en su estrategia de desregulación económica y fomento a la producción.

Montenegro, que recientemente confirmó su candidatura a senador provincial por la Quinta Sección Electoral como parte de la coalición oficialista La Libertad Avanza, publicó en sus redes sociales un contundente mensaje en defensa del sector agropecuario. En él, subrayó el sacrificio cotidiano de los productores rurales, cuestionó años de políticas restrictivas y celebró que finalmente se adopten decisiones que, en su visión, “alivian” al campo.

Una medida con impacto político y económico

La baja de retenciones representa una de las principales promesas de campaña del presidente Milei. Desde su asunción, el mandatario ha impulsado un modelo de fuerte disciplina fiscal, liberalización del comercio exterior y retracción del gasto público. En este contexto, la decisión de reducir los derechos de exportación para productos agrícolas busca incentivar la producción, mejorar la rentabilidad del sector y aumentar el ingreso de divisas.

Aunque aún no se han difundido detalles específicos sobre el alcance de la medida —por ejemplo, qué productos se verán beneficiados y en qué porcentaje se reducirán las retenciones—, el anuncio fue bien recibido por diversas entidades del agro. La Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Federación Agraria Argentina (FAA) manifestaron públicamente su satisfacción y destacaron que “por primera vez en muchos años se prioriza al productor”.

Según estimaciones del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), una reducción de 5 puntos porcentuales en las retenciones a la soja implicaría una transferencia de aproximadamente USD 1.500 millones anuales hacia los productores, lo que podría dinamizar las economías regionales.

Montenegro: del apoyo al agro al respaldo político

Guillermo Montenegro no solo celebró la medida sino que la enmarcó en un reconocimiento simbólico a la cultura del trabajo rural. En un extenso posteo, destacó que “el hombre de campo arregla su camioneta con sus herramientas y sus manos, solo, en medio del barro. Trabaja en Navidad. No tiene señal. Carga combustible. Maneja un tractor”. Esta descripción buscó remarcar la austeridad, el compromiso y la resiliencia de quienes trabajan en el interior productivo.

También evocó los ataques a silobolsas sufridos por productores en años anteriores, que causaron pérdidas económicas y generaron tensión política. “Muy a pesar de su esfuerzo, se ha tenido que bancar que agranden el Estado a sus costas y que vengan los resentidos del trabajo privado ajeno a romperles en pedazos los silo bolsa”, escribió, en una crítica implícita a gestiones anteriores.

Desde su rol como intendente de Mar del Plata —una ciudad donde el agro también tiene incidencia a través del cordón frutihortícola y la logística portuaria—, Montenegro ha buscado alinearse con el discurso productivista del gobierno nacional. Su candidatura al Senado por la alianza entre La Libertad Avanza y sectores del PRO lo posiciona como uno de los referentes del oficialismo en la provincia de Buenos Aires.

Tensiones políticas y reacciones contrapuestas

El anuncio de la baja de retenciones se da en un contexto de fuerte discusión política y social. Mientras que el oficialismo la celebra como una medida pro-producción, sectores de la oposición y algunos economistas advierten sobre sus efectos en la recaudación fiscal.

Según datos del Ministerio de Economía, los derechos de exportación representaron cerca del 6,7% de los ingresos totales del Estado nacional durante 2024. En un escenario de fuerte ajuste fiscal y búsqueda de superávit primario, cualquier merma en la recaudación podría tensionar aún más las cuentas públicas. Sin embargo, el gobierno apuesta a que el mayor volumen exportado y el ingreso de divisas compensen dicha caída.

Por otro lado, voces críticas cuestionan que la medida favorece a los grandes productores y exportadores, sin garantizar beneficios reales para los pequeños y medianos actores del campo, ni para el consumidor final. También advierten que estas decisiones no deben ir desvinculadas de una política integral que contemple infraestructura, acceso al crédito y apoyo tecnológico.

El campo como eje del modelo productivo

Argentina ha tenido una larga y compleja relación con el sector agropecuario. Si bien es una de las principales fuentes de divisas del país —en 2023, el complejo sojero representó más del 30% del total exportado—, también ha sido centro de debates sobre distribución de la riqueza, soberanía alimentaria y desarrollo industrial.

Durante las últimas décadas, distintos gobiernos adoptaron posturas contrapuestas frente al agro. Mientras algunos promovieron un mayor control estatal sobre las exportaciones, otros intentaron liberalizar el sector para atraer inversiones. La actual gestión de Milei se ubica claramente en este último grupo, con una estrategia de “desregulación inteligente” que incluye no solo la reducción de retenciones, sino también la eliminación de registros previos de exportación y la simplificación de trámites aduaneros.

Cierre: una señal hacia el interior productivo

El respaldo de Guillermo Montenegro al anuncio presidencial se inscribe en una estrategia de consolidación política del oficialismo en el interior del país, donde el campo es un actor central no solo en términos económicos, sino también culturales y simbólicos.

Más allá del impacto fiscal que puedan tener las retenciones, el gobierno nacional busca enviar una señal de confianza al sector agropecuario, apostando a que el dinamismo exportador ayude a apuntalar una economía aún golpeada por la inflación, la recesión y la pérdida de poder adquisitivo.

Las próximas semanas serán claves para conocer los detalles reglamentarios de la medida y para evaluar su impacto real en la actividad y en las finanzas públicas. Mientras tanto, el apoyo de figuras como Montenegro refuerza el mensaje de que el campo vuelve a ocupar un rol central en la agenda del poder.