Organismos humanitarios califican los lanzamientos aéreos de ayuda en Gaza como “una distracción grotesca” ante el riesgo inminente de hambruna

A pesar de las iniciativas de Israel, Reino Unido y países árabes para lanzar ayuda humanitaria desde el aire, organizaciones internacionales advierten que estos métodos no alcanzan el volumen necesario ni garantizan seguridad, y urgen a abrir rutas terrestres.

ENTRE LA DESESPERACIÓN Y EL COLAPSO: EL DILEMA DE LA AYUDA HUMANITARIA EN GAZA

A medida que la crisis humanitaria en Gaza alcanza niveles sin precedentes, con más de 90.000 mujeres y niños en situación crítica, y reportes de muertes por desnutrición creciendo a diario, organismos humanitarios internacionales advierten que los lanzamientos aéreos de ayuda no son una solución real y podrían incluso empeorar la situación.

El domingo, las Fuerzas de Defensa de Israel anunciaron que habían comenzado a realizar lanzamientos aéreos de paquetes con alimentos y medicamentos, sumándose a los esfuerzos logísticos previstos por Jordania, Emiratos Árabes Unidos y el Reino Unido, cuyo primer ministro, Keir Starmer, aseguró que su país hará “todo lo posible” para hacer llegar la ayuda por aire.

Sin embargo, desde las propias agencias humanitarias se alerta que estas acciones son insuficientes, ineficientes y potencialmente peligrosas para una población que enfrenta un riesgo creciente de hambruna masiva.

“UNA DISTRACCIÓN GROTESCA”

El director de respuesta humanitaria del Comité Internacional de Rescate (IRC), Ciarán Donnelly, fue contundente: “Los lanzamientos aéreos jamás podrán cubrir el volumen ni la calidad de ayuda que necesita Gaza en este momento”. La crítica fue respaldada por más de 100 organizaciones humanitarias y de derechos humanos, que reclamaron el acceso seguro por tierra como única forma efectiva de mitigar la crisis.

Por su parte, Philippe Lazzarini, comisionado general del organismo de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA), calificó los lanzamientos como “costosos, ineficientes y potencialmente letales”, advirtiendo que la ayuda aérea podría “matar a civiles hambrientos” si no es gestionada con extremo cuidado.

“Tenemos el equivalente a 6.000 camiones listos para entrar desde Jordania y Egipto”, afirmó Lazzarini, “pero no podemos avanzar sin autorización política”.

UNA CRISIS AGRAVADA POR BLOQUEOS Y BOMBARDEOS

Desde el inicio del conflicto, el 7 de octubre de 2023, cuando un ataque de Hamas en el sur de Israel dejó más de 1.200 muertos y 251 rehenes, la respuesta israelí ha sido contundente y sostenida: bombardeos, ofensiva terrestre y bloqueo total de suministros.

Aunque las autoridades israelíes aseguran que no impiden la llegada de ayuda, la ONU ha denunciado trabas burocráticas, hostigamiento a sus convoys y falta de garantías para operar en condiciones seguras.

El Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamas, reportó el sábado cinco nuevas muertes por desnutrición, llevando el total a 127 desde que comenzó la guerra. De ellas, 85 son niños.

Mientras tanto, el Programa Mundial de Alimentos alertó que uno de cada tres habitantes de Gaza pasa días sin comer, y que la situación representa una hambruna provocada por el hombre.

LA EFICACIA DE LOS LANZAMIENTOS, EN DUDA

Un análisis realizado por la BBC determinó que serían necesarios más de 160 vuelos con aviones de carga C-130 para entregar una sola comida a cada uno de los 2,1 millones de habitantes de Gaza. Jordania posee 10 de estos aviones y Emiratos Árabes Unidos 8, lo que vuelve inviable sostener operaciones de esta magnitud de forma sostenida.

La historia tampoco es alentadora. En 2024, una coalición aérea liderada por Jordania y el Reino Unido lanzó 110 toneladas de ayuda en 10 misiones, un volumen que los expertos calificaron como “ínfimo” frente a la escala de necesidad actual.

Los riesgos también son altos: personas ahogadas en el mar intentando recuperar cajas, heridos por impacto de los paquetes, y enfrentamientos violentos entre civiles por la recolección de suministros. La Norwegian Refugee Council denunció que “la situación durante las entregas era caótica”.

EL CLAMOR POR ABRIR CORREDORES TERRESTRES

La posibilidad de establecer corredores humanitarios seguros por tierra se menciona constantemente en declaraciones oficiales, pero no se concreta en la práctica. Aunque Israel anunció la creación de “corredores designados para la ONU”, no especificó rutas, mecanismos ni garantías operativas.

Organismos como la ONU y la Cruz Roja sostienen que conducir camiones con ayuda sigue siendo la vía más segura, eficiente y digna. “La solución no es tirar cajas desde el cielo. Es abrir las puertas y permitir que la ayuda llegue donde más se necesita, sin obstáculos ni condiciones políticas”, declaró un vocero de la ONU.

Hamas, por su parte, ha negado las acusaciones de robo o interferencia en la distribución de ayuda. Un informe reciente de USAID afirma que no hay evidencia de saqueos sistemáticos de parte de la organización.

CIERRE

A medida que Gaza se enfrenta a un colapso humanitario de escala devastadora, el mundo observa con alarma el contraste entre las acciones simbólicas —como los lanzamientos aéreos— y la inacción política que impide la llegada masiva de ayuda esencial.

Con la población al borde del hambre, el debate ya no gira en torno a cuánto se puede lanzar desde un avión, sino cuánto se está dispuesto a permitir que entre por tierra. La urgencia es clara. El tiempo, escaso. Y las vidas, muchas, dependen de decisiones que aún no se toman.