Demora por amenaza de bomba: la noche en que la música de Lali venció al odio en el Aldo Cantoni

Un llamado anónimo con un insulto racista obligó a aplicar el protocolo antiexplosivos y retrasó una hora el show en San Juan; la fiscalía investiga a la autora de la amenaza, mientras la cantante convirtió la tensión en un mensaje de unidad.

Un viernes atravesado por la incertidumbre


La expectativa era máxima: entradas agotadas y más de 8 000 personas ansiosas por ver la parada sanjuanina del “LALI Tour 2025” en el Estadio Cerrado Aldo Cantoni, recinto techado inaugurado en 1967 y célebre por sus finales de hockey sobre patines y conciertos multitudinarios. A las 20.35, sin embargo, el clima festivo se fracturó. Un operador del 911 recibió la voz de una mujer que aseguró haber colocado “un artefacto explosivo” dentro del estadio y, con tono cargado de odio, soltó: “No queremos que cante esa negra…”. La llamada quedó registrada y ya se solicitó a las telefónicas la geolocalización del número.

El protocolo, paso a paso


Diez minutos después de la denuncia se activó el dispositivo provincial para amenazas de bomba. Personal de Bomberos, Brigada Antiexplosivos, Policía de San Juan y Defensa Civil bloqueó ingresos y evacuó en forma sectorizada la platea Norte, evitando una salida masiva que pudiera provocar accidentes. “Todo está en orden; el show se realiza sin riesgo”, informó el fiscal Ignacio Achem al canal local Telesol, ya dentro del operativo.

Las requisas fueron exhaustivas: binomios con perros entrenados, escaneo de butacas y camerinos, y verificación de salidas de emergencia. A las 21.40 la inspección concluyó sin hallazgos dudosos. La UFI Genérica —a cargo de Achem y su par Daniela Pringles— catalogó el hecho como “intimidación pública”, delito tipificado en el artículo 211 del Código Penal argentino y penado con hasta seis años de prisión cuando se comprueba falsedad.

Paciencia y cánticos en la espera


Mientras la seguridad revisaba el recinto, varios grupos de fans se negaban a retirarse del todo y entonaban “No nos vamos nada, que nos saquen a patadas”, clásico de la militancia futbolera adaptado al fervor pop. Afuera, la fila contenida en avenida Libertador General San Martín seguía las actualizaciones por redes sociales y transmisiones en vivo de medios locales.

A las 21.10, consciente del nerviosismo, Lali subió una historia de Instagram: “Al público de San Juan, por motivos de seguridad que nos exceden, el show se encuentra demorado… Gracias por la paciencia y el amor de siempre”. El mensaje logró amortiguar la ansiedad y evitó aglomeraciones en las puertas.

“¡Buenas noches, San Juan!”


Superada la inspección, los fiscales autorizaron la reapertura de accesos a las 22.05. Cinco minutos más tarde, la artista apareció en escena envuelta en luces violetas y ovaciones cerradas: “¡Buenas noches, San Juan!”, exclamó, y dio inicio a un set list sin recortes que incluyó éxitos como “Disciplina”, “N5” y “Obsesión”.

La reflexión que detuvo la música
Ya en el encore, la cantante interrumpió los primeros compases de “Como Tú” para referirse a lo vivido:

“Qué peligroso es el odio al otro, qué triste la violencia… Por suerte la música y el amor se imponen”.

El estadio, colmado de luces de celulares, respondió con un aplauso unísono que hizo vibrar el domo de hormigón.

Antecedentes y contexto de polarización


No es la primera vez que figuras públicas reciben amenazas en la escena musical argentina. En 2017, Abel Pintos suspendió una prueba de sonido en La Plata por un aviso similar; en 2023, Duki reforzó controles en su recital de Rosario tras mensajes intimidantes en redes. Desde 2022, la campaña de odio digital contra Lali se intensificó luego de que respaldara la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y criticara discursos antiderechos. Organizaciones como el Observatorio de Internet (OIAD) señalan que el 32 % de los ataques verbales contra artistas mujeres en plataformas locales contienen insultos racistas o sexistas.

La pesquisa judicial en marcha


Fuentes de la investigación confirmaron a Diario Huarpe que el número desde el que se originó la llamada “ya fue individualizado”; resta la triangulación de antenas para ubicar dispositivos y posibles cómplices. “Trabajamos para identificar de dónde vino la llamada”, subrayó la fiscal Daniela Pringles, quien no descartó la figura de crimen de odio como agravante.

Expertos consultados remarcan que la justicia provincial puede solicitar colaboración a la Unidad de Investigaciones Cibercrimen de la Policía Federal si se detecta uso de VPN o chip adulterado. De hallarse culpable, la autora enfrentaría cargos por intimidación pública, discriminación (Ley 23 592) y costos del operativo, que rondó los 10 millones de pesos según estimaciones policiales preliminares.

Reacción política y de la industria


El Ministerio de Seguridad de San Juan emitió un breve comunicado felicitando “la respuesta coordinada de las fuerzas”. Fuentes de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales advirtieron que los seguros de evento contemplan estos incidentes, pero exigen protocolos claros para minimizar riesgos sin penalizar al público.

Organizaciones antirracistas como Casa Común y el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI) repudiaron la agresión verbal y se ofrecieron como querellantes. “El racismo, la misoginia y la violencia política convergen en este tipo de ataques”, afirmó la titular del INADI, Greta Pardo, en un comunicado.

Impacto económico y logístico


Pese al susto, la productora pudo cumplir con la fecha y evitó reprogramaciones. Cada jornada cancelada de un tour de gran escala acarrea pérdidas promedio de USD 250 000 entre alquiler, montaje y personal, según datos de la consultora Música y Datos. La decisión de esperar la inspección —y no suspender de plano— evitó gastos mayores y el desplazamiento de técnicos hacia la siguiente parada, prevista en Mendoza.

Cierre

La noche terminó con la misma consigna que la artista estampó en su remera: “Soy un peligro si me buscan”. La frase, lejos de glorificar la confrontación, reivindica la firmeza ante la hostilidad. El episodio en el Aldo Cantoni reafirmó que la música puede transformar la tensión en celebración y que el diálogo social sigue pendiente para erradicar discursos de odio. Mientras la fiscalía rastrea a la autora de la amenaza y se discute cómo blindar espectáculos masivos sin vulnerar libertades, San Juan despide a Lali con un mensaje claro: la violencia no podrá más que el aplauso.