El precio de una foto: así se gestó el caos del ‘Prince of Seas’ en Mar del Plata

El buque frigorífico arribó el 21 de julio sin el dragado necesario ni condiciones operativas adecuadas. Los prácticos alertaron sobre riesgos técnicos que fueron ignorados por el Consorcio Portuario, presidido por Marcos Gutiérrez, generando un incidente que expone fallas en la gestión y consecuencias ambientales graves.

Ingreso del buque y la situación del muelle

El frigorífico Prince of Seas, de bandera de Bahamas y 130 metros de eslora, llegó al puerto de Mar del Plata el pasado 21 de julio de 2025 procedente de la costa africana con la intención de cargar aproximadamente 4.500 toneladas de pescado congelado con destino a Camerún.

En la Sección 13 del Muelle 3, las imágenes aéreas muestran al barco torcido y mal amarrado, con al menos 15 metros del casco fuera del muelle, lo que evidencia un fallo logístico y operativo grave.

Advertencias técnicas ignoradas

Previo al arribo, los prácticos navales habían emitido informes detallando la falta de condiciones para recibir una embarcación de ese porte: dificultades para maniobrar en la entrada, falta de dragado en la celda asignada y profundidad insuficiente. Sin embargo, el Consorcio Portuario, encabezado por Marcos Gutiérrez, exconcejal y vinculado a Fernanda Raverta, autorizó el ingreso al buque sin subsanar las condiciones técnicas requeridas.

Decisión política o negligencia técnica

La draga Omvac Diez, responsable de mantener los canales y celdas del muelle, no operó en la Sección 13, lo que dejó la zona sin mantenimiento previo al arribo del buque frigorífico.
El resultado fue una maniobra forzada, con riesgo de daño estructural tanto para la embarcación como para el muelle, y un derrame no cuantificado oficialmente que ya genera alarma entre operadores logísticos y ambientalistas

Contexto y cifras del movimiento portuario

Durante el primer semestre de 2025, el puerto de Mar del Plata experimentó un incremento interanual del 34,5 % en exportaciones, con 33.435 toneladas embarcadas —principalmente pescado congelado— y un crecimiento del 46,2 % en contenedores manipulados.

Un precedente que exige respuestas

La comunidad portuaria cuestiona que las decisiones políticas se impongan sobre criterios técnicos, especialmente cuando se trata de maniobras de alto riesgo. La falta de comunicación oficial, el silencio de las autoridades implicadas y la ausencia de una investigación transparente aumentan las sospechas. La pregunta de fondo es si se priorizó una “foto de gestión” por sobre la seguridad operativa.

Cierre

El episodio del Prince of Seas no fue un accidente fortuito, sino una secuencia de advertencias ignoradas, decisiones forzadas y consecuencias visibles. Mientras se espera una respuesta institucional clara, el caso reaviva el debate sobre cómo se administra el puerto y quién responde cuando las alertas no se escuchan. La reconstrucción de la confianza operativa llevará tiempo, pero lo urgente ahora es frenar la lógica del desoír para avanzar a cualquier precio.