La zafra de calamar creció un 34% interanual y se convirtió en la especie más capturada en lo que va del año. Sin embargo, la merma del langostino, especialmente por la inactividad de la flota congeladora, marcó fuertes desequilibrios en la producción por puerto y tipo de flota.
Un semestre de contrastes para el sector pesquero argentino
Concluida la primera mitad del año, las estadísticas oficiales de la Subsecretaría de Pesca revelan un escenario mixto para la actividad pesquera argentina. A pesar de un leve retroceso del 1% en el total de desembarques —492.769 toneladas frente a las 497.614 del mismo período de 2024—, la estabilidad general oculta profundos contrastes entre las distintas especies y flotas.
El gran protagonista del primer semestre ha sido el calamar (Illex argentinus), cuya abundancia en el stock bonaerense y norpatagónico impulsó un incremento interanual del 34% en las capturas. Con más de 206.000 toneladas descargadas, esta especie lidera la estadística general y amortigua el impacto negativo de la caída del langostino, que retrocedió un 45% en relación al año anterior.
El calamar lidera: cifras récord en Mar del Plata y Puerto Madryn
La temporada de calamar de 2025 se perfila como una de las más exitosas de los últimos años. Las condiciones oceanográficas favorables y una estrategia de esfuerzo pesquero sostenido permitieron alcanzar volúmenes destacados, especialmente en dos puertos clave: Mar del Plata y Puerto Madryn.
- Mar del Plata recibió casi 98.000 toneladas, marcando un crecimiento del 38% respecto a 2024.
- Puerto Madryn alcanzó 66.000 toneladas, lo que representa un incremento del 66% en relación al año anterior.
Este crecimiento no solo tiene impacto en la estadística, sino también en la cadena de valor: mayor actividad en plantas de procesamiento, más empleo en estibadores y transportistas, y un aporte clave a las exportaciones pesqueras.
El langostino en caída libre: la crisis de la flota congeladora
El otro lado de la moneda lo representa el langostino patagónico (Pleoticus muelleri), que mostró una disminución del 45% en sus desembarques: de 112.000 toneladas en 2024 a apenas 62.000 en 2025.
Las razones de esta merma no son biológicas, sino político-sindicales. La paralización casi total de la flota tangonera congeladora, producto de un conflicto no resuelto con los gremios SOMU y SIMAPE por condiciones laborales y salariales, dejó inactivos a más de 100 buques. Esta situación, aún sin solución, afectó gravemente el rendimiento de la temporada.
Por puerto, la caída fue particularmente aguda:
- Mar del Plata: 2.621 toneladas (-62%)
- Puerto Madryn: 2.034 toneladas (-96%)
- Camarones: 724 toneladas (-87%)
- Caleta Paula: 922 toneladas (-68%)
Solo Rawson, con su flota amarilla costera, mantuvo buenos niveles: 55.000 toneladas y un crecimiento del 34% respecto a 2024.
Radiografía por tipo de flota: ganadores y perdedores
El análisis desagregado por tipo de flota muestra que la única con desempeño positivo en langostino fue la costera y de rada/ría, que opera mayormente en zonas cercanas a puerto. En contraste:
- La flota fresquera de altura bajó un 69%, con 8.500 toneladas.
- La flota congeladora tangonera, históricamente una de las más productivas, prácticamente no operó. El único buque que faenó, el “Mar Sur”, logró capturar apenas 464 toneladas, frente a las más de 46.000 toneladas que se registraron a esta altura en 2024.
El resultado evidencia el profundo impacto que los conflictos gremiales y la falta de acuerdo tienen sobre la sostenibilidad del recurso y la economía de las comunidades portuarias.
Merluza: caída general con excepción de la flota de rada/ría
La merluza hubbsi, tradicionalmente una de las principales especies objetivo de la pesca nacional, también mostró un leve retroceso. Hasta el 22 de julio se descargaron 141.619 toneladas del stock sur del paralelo 41°S, una disminución del 8% interanual.
El desempeño por flota fue dispar:
- Fresquera de altura: 77.514 toneladas (-13%)
- Congeladora: baja del 8%
- Rada/ría: 13.206 toneladas (+50%), operando principalmente desde Caleta Paula y Comodoro Rivadavia
Estos datos reflejan una cierta resiliencia del segmento costero, que logró aumentar su actividad a pesar de las dificultades logísticas y económicas que atraviesa el sector.
Factores estructurales detrás de los números
Los vaivenes en las cifras de desembarques responden a una combinación de factores:
- Abundancia biológica: la mejora en el rendimiento del calamar se vincula a condiciones ambientales favorables y al correcto manejo del esfuerzo pesquero.
- Conflictos laborales: la parálisis de la flota congeladora se convirtió en el principal factor de impacto negativo para el langostino.
- Reconfiguración del esfuerzo pesquero: ante la inactividad de ciertos sectores, otros buscaron compensar mediante mayor presencia en caladeros alternativos.
- Desigualdad territorial: algunos puertos como Rawson o Comodoro lograron sostener su actividad, mientras que otros como Mar del Plata o Puerto Madryn vieron caídas drásticas en especies clave.
Cierre
El primer semestre de 2025 deja una fotografía compleja para el sector pesquero argentino: estabilidad en los números totales, pero con fuertes desequilibrios internos. La excelente zafra de calamar permitió compensar, en parte, el duro golpe que significó la caída del langostino, especialmente en las flotas de altura y congeladoras.
La evolución del conflicto gremial y las decisiones que adopte el Estado respecto al manejo del recurso y la regulación laboral serán claves para definir si el segundo semestre logra revertir las tendencias negativas o si se profundiza la fragmentación del sector.
La pesquería argentina, altamente dependiente del ordenamiento institucional y del equilibrio entre productividad y sostenibilidad, enfrenta nuevamente el desafío de conciliar intereses diversos en un contexto económico adverso.