Conmoción en Miami: mueren Mila Yankelevich y otra menor argentina tras el choque de su velero con una barcaza

El choque, ocurrido a las 11:15 del lunes 28 de julio frente a Hibiscus Island (Miami Beach), dejó además a dos menores en estado crítico y desencadenó una pesquisa federal que indaga posibles fallas humanas y de seguridad en una de las zonas náuticas más transitadas de Florida.

Un lunes que se tiñó de duelo

A las 11:15 h, la radio de guardia de la Guardia Costera recibió la primera alerta: un velero de instrucción, con cinco niñas y una instructora de 19 años, había sido embestido por una barcaza de servicios en pleno canal de Biscayne Bay. Las seis ocupantes cayeron al agua y el casco ligero quedó semisumergido bajo la proa del buque de trabajo. Equipos de Miami Beach Fire Rescue, Miami-Dade Fire Rescue, la Comisión de Pesca y Fauna de Florida (FWC) y la propia Guardia Costera recuperaron a las víctimas en menos de 40 minutos; sin embargo, una niña de 7 años —identificada como Mila Yankelevich— y otra de 13 murieron poco después en el Jackson Memorial Hospital. La tragedia conmocionó de inmediato a la comunidad náutica y al mundo artístico argentino.

Quiénes viajaban a bordo

Las autoridades difundieron la composición del grupo:

  • Mila Yankelevich (7), hija menor de Tomás Yankelevich y Sofía Reca.
  • Una adolescente argentina de 13 años, cuya familia solicitó reserva de identidad.
  • Dos niñas de 8 y 11 años, internadas en estado crítico.
  • Una niña de 12 años y la monitora de 19 años, que recibieron atención en el muelle sin requerir hospitalización.

Mila, nacida el 12 de febrero de 2018, era la nieta menor de los productores Gustavo Yankelevich y Cris Morena. Sus familiares la describen como “una niña con alas”, amante del mar, los bailes improvisados y las canciones caseras que componía junto a su hermano Inti. La otra víctima fatal había viajado a Florida para perfeccionarse en navegación ligera y aspiraba a obtener una certificación juvenil internacional.

Lo que se sabe de la colisión

El parte preliminar de la FWC confirma que la barcaza —propulsada por un remolcador y dedicada a tareas de mantenimiento— impactó de frente al velero escolar. La embarcación menor, de unos cinco metros de eslora, navegaba a vela libre durante la primera semana de un campamento organizado por la Miami Youth Sailing Foundation, que opera desde el histórico Miami Yacht Club. Tres cuestiones concentran la investigación:

  1. Visibilidad y señalización. La barcaza transportaba una estructura de grúa que pudo limitar el ángulo visual del timonel. Se analiza si las maniobras se realizaron en un punto ciego y si la señalización lumínica era adecuada para la hora y las condiciones de luz.
  2. Velocidad de aproximación. Testigos describen que el buque “no logró frenar ni cambiar el rumbo”. Los peritos comparan esos relatos con los registros de posicionamiento satelital para medir tiempos de reacción y distancias.
  3. Registro electrónico (AIS). Los investigadores revisan datos de velocidad, trayectos y comunicaciones de ambas embarcaciones. El objetivo es determinar si hubo advertencias previas o avisos ignorados.

El casco industrial permanece fondeado bajo custodia federal. Ingenieros navales inspeccionan hélices, sistema de gobierno y posible fatiga de materiales. La empresa operadora, especializada en dragados, enfrentaría sanciones administrativas y penales si se demuestra negligencia.

Operativo de rescate

Más de 40 socorristas participaron en la maniobra. Buzos con circuito cerrado de respiración se sumergieron contra la corriente para ubicar a las niñas atrapadas bajo la quilla, mientras drones térmicos rastreaban la superficie en busca de cuerpos que pudieran flotar a la deriva. Dos helicópteros sanitarios efectuaron los traslados más graves; el resto recibió atención primaria en el muelle del Miami Yacht Club antes de ser derivado por ambulancia. La doctora Laura Ripoll, directora médica de urgencias pediátricas del Jackson Memorial, confirmó que “las lesiones más graves provinieron de traumatismos contundentes contra la borda y de inmersión prolongada”.

Estadísticas que preocupan

Florida encabeza el registro de embarcaciones recreativas de Estados Unidos y, con ello, los incidentes. En 2024 se reportaron 685 accidentes y 81 fallecidos en todo el estado, muchos de ellos en Miami-Dade. El creciente tráfico de barcazas de servicios y yates privados en Biscayne Bay obliga a compartir aguas estrechas con escuelitas de vela y actividades turísticas. La autoridad local evalúa instaurar “corredores de baja velocidad” permanentes para separar el tráfico recreativo del industrial. Especialistas sostienen que implementar balizamiento específico y límites diferenciados reduciría la siniestralidad en al menos un 20 %.

Investigación y posibles responsabilidades

El Área de Investigaciones Marítimas del Séptimo Distrito abrió un expediente por supuesto homicidio involuntario y violación de reglas de navegación. El proceso incluye análisis toxicológicos de los patrones, verificación de licencias profesionales, revisión de bitácoras electrónicas y estudios de mantenimiento. Se espera un informe interino en 45 días; el definitivo antes de que finalice el año. De confirmarse negligencia, el timonel de la barcaza podría afrontar penas de hasta diez años de prisión, además de multas millonarias.

Dolor y apoyo familiar

La familia Yankelevich agradeció en privado las muestras de afecto y solicitó respeto a la intimidad. El Consulado Argentino en Miami gestiona la repatriación de los restos y ofrece asistencia psicológica. Clubes de vela, colegios y organizaciones juveniles de ambos países preparan vigilias y formaciones de “guardia de honor”, con velas blancas sobre la bahía, para recordar a las víctimas y concientizar sobre la seguridad náutica.

Impacto en la comunidad náutica

La Miami Youth Sailing Foundation suspendió sus actividades y anunció la creación de un fondo de becas en memoria de las niñas, destinado a programas de seguridad y a la compra de equipamiento protector (cascos, arneses y líneas de vida). Organizaciones de vela olímpica estudian proponer la obligatoriedad del casco protector para menores en veleros ligeros, una medida que ya rige en Nueva Zelanda y partes de Australia.

Lecciones por aprender

Especialistas en trauma infantil recuerdan que los golpes contra la propia embarcación y el tiempo sumergido son las primeras causas de muerte en siniestros acuáticos. Entre las recomendaciones destacadas figuran:

  • Casco protector obligatorio para menores.
  • Arnés de línea de vida y chalecos con collar cervical.
  • Corredores señalizados y límites de velocidad diferenciados para barcazas.
  • Capacitación constante en protocolos de emergencia y primeros auxilios para instructores juveniles.

Un estudio del Centro de Seguridad Náutica de Florida proyecta que la combinación de formación técnica y normas claras reduciría la mortalidad infantil en aguas recreativas hasta un 30 %.

Cierre

La muerte de Mila Yankelevich y de otra adolescente argentina sacude a dos países y devuelve a primer plano la necesidad urgente de reforzar la seguridad en Biscayne Bay, un espejo de agua donde la actividad recreativa convive cada día con operaciones industriales de alto tonelaje. Mientras las autoridades reconstruyen minuto a minuto lo sucedido, familias, navegantes y entidades públicas se unen en un mismo reclamo: que el dolor de hoy se transforme en normas más firmes, controles efectivos y una cultura de prevención que honre la memoria de las niñas y proteja a quienes —como ellas— encuentran en el mar un espacio de aprendizaje y libertad.

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