Un delincuente rompió la vidriera del tradicional local de fiambres, se llevó canastas de productos y huyó en segundos; comerciantes y sindicatos advierten que los atracos nocturnos se multiplican en la zona pese a las cámaras y el patrullaje.
El hecho que desató la preocupación
A las 3:04 de la madrugada del viernes 1 de agosto, una silueta encapuchada apareció frente a “La Barraca”, la fiambrería ubicada en la esquina de Rivadavia y Santiago del Estero. El ladrón lanzó un cascote contra el blindex, trepó por los cristales esparcidos y, en apenas 25 segundos, se apoderó de una canasta repleta de bondiola, una mortadela en bocha y varias tablas de quesos artesanales. La secuencia quedó registrada por las cámaras del local y de negocios linderos, pero el autor escapó antes de que llegara un patrullero.
Una modalidad que se repite
Al revisar las imágenes, los dueños comprobaron que, tras el primer golpe, otras personas pasaron durante la noche y, sin forzar cerraduras, siguieron vaciando la vidriera: botellas de vino, salamines y quesos estacionados. “Nunca pensamos que un escaparate pudiera convertirse en autoservicio del delito”, lamentó uno de los socios, que pidió reserva de su nombre por temor a represalias.
Testimonios de los vecinos
“Hace una semana nos obligan a darles sándwiches; si nos negamos, patean los canastos”, relató un comerciante vecino, quien decidió adelantar el cierre del minimercado a las 20 horas ante el aumento de asaltos y extorsiones.
Radiografía de la inseguridad en cifras
Lejos de tratarse de un caso aislado, los robos a comercios muestran una tendencia al alza. El informe trimestral del Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito indica que, entre abril y junio de 2025, se denunciaron 229 robos a locales en el Partido de General Pueyrredon, un salto del 14 % frente al trimestre anterior, pese a que las llamadas generales al 911 cayeron 22 %. Las estadísticas históricas del Centro de Procesamiento y Análisis de la Información Delictiva son aún más elocuentes: en el primer trimestre de 2025 se registraron 1 591 robos y hurtos —sin contar vehículos—, un aumento del 71 % respecto de 2021. El 10 % (163 casos) afectó a comercios, y los viernes de 2 a 5 de la mañana son la franja horaria más crítica.
El reclamo del sector mercantil
Para el Sindicato de Empleados de Comercio de Mar del Plata y Zona Atlántica (SECZA), la escalada delictiva es uno de los factores que lleva a muchos negocios a bajar sus persianas cada vez más temprano. “La delincuencia está desbordada; cuando cae la tarde ya se ven los locales cerrados”, advirtió el secretario general Guillermo Bianchi. El gremio coordina con la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP) la instalación de botones antipánico y horarios unificados fuera de temporada.
Respuesta oficial y estrategias en debate
Fuentes de la Secretaría de Seguridad municipal aseguran que la zona céntrica cuenta con 312 cámaras conectadas al Centro de Operaciones y Monitoreo (COM) y con cuatro patrullajes móviles que recorren el microcentro en turnos rotativos. No obstante, organizaciones empresarias reclaman “presencia policial visible y disuasiva” durante la madrugada, cuando el flujo turístico desciende y las arterias quedan semidesiertas. En el Concejo Deliberante vuelve a ganar terreno la propuesta de implementar el programa “Ojos en Alerta”, una red que permite enviar fotos, videos y geolocalización vía WhatsApp al COM.
Impacto económico y social
La rotura de la vidriera le costará a “La Barraca” unos 2,3 millones de pesos —entre el blindex de seguridad y la reposición de mercadería—, según estimaciones de la Cámara de Cristalerías y Vidrieros local. A eso se suma el tiempo de cierre técnico y la caída de ventas en plena temporada de invierno, cuando las picadas suelen ser un atractivo para turistas de fin de semana. Más allá de las pérdidas individuales, los datos del CeMAED revelan que los delitos contra la propiedad representan el 50 % de los hechos penales del distrito, con un impacto directo en la generación de empleo: cada robo medianamente violento provoca, en promedio, dos días de cierre preventivo y afecta a cinco trabajadores entre mozos, vendedores y repartidores.
Consecuencias y próximos pasos
El intendente Guillermo Montenegro convocó para el lunes una mesa de crisis con la cúpula de la Policía Bonaerense local y representantes de UCIP y SECZA. Se analizará reforzar los corredores seguros con patrullas a pie, acelerar el recambio de luminarias LED y ampliar el sistema de reconocimiento facial en el microcentro. En paralelo, comerciantes lanzaron una campaña para incentivar la denuncia inmediata y la carga de evidencia en línea; advierten que muchas víctimas prefieren no formalizar la acusación por “pérdida de tiempo” o desconfianza en la reincidencia de los autores.
Cierre
El robo relámpago a “La Barraca” reavivó un debate conocido en Mar del Plata: cómo proteger a los comercios que dan vida al centro sin ahuyentar turistas ni castigar la actividad económica. Mientras las estadísticas muestran que la franja horaria crítica se concentra en la madrugada y los viernes son el día predilecto de los “rompe-vidrieras”, las autoridades buscan un equilibrio entre prevención tecnológica y patrullaje de cercanía. Por ahora, la comunidad mercantil exige respuestas rápidas: otra vidriera rota puede traducirse en puestos de trabajo perdidos y en la sensación —cada vez más extendida— de que el delito gana terreno cuando cae el sol.