Tragedia en la Ruta Nacional 3: cuatro muertos y más de veinte heridos tras un choque frontal entre un micro y un camión

El accidente ocurrió a pocos kilómetros de Güer Aike, Santa Cruz. Murieron el chofer del camión y tres pasajeros del ómnibus de la empresa Andesmar. Las autoridades investigan las causas del siniestro, mientras continúa la atención médica de los heridos.

Un nuevo siniestro sacude las rutas patagónicas

Cuatro personas perdieron la vida en la noche del miércoles en un violento accidente de tránsito sobre la Ruta Nacional Nº 3, a aproximadamente 10 kilómetros del departamento santacruceño de Güer Aike, en el sur del país. El siniestro involucró a un ómnibus de la empresa de transporte de larga distancia Andesmar y un camión de carga, que colisionaron de frente por causas que aún se investigan.

Entre las víctimas fatales se encuentra el conductor del camión y tres pasajeros del colectivo. Además, una veintena de personas resultaron heridas, la mayoría con lesiones leves, aunque al menos dos requirieron intervenciones quirúrgicas de urgencia en el Hospital Regional de Río Gallegos.

Detalles del hecho: un impacto frontal en plena noche

El hecho se produjo cerca de las 22:30 horas del miércoles 24 de julio. De acuerdo con los primeros reportes policiales y hospitalarios, el micro de Andesmar se dirigía hacia el norte por la Ruta 3 cuando colisionó de frente con un camión que circulaba en sentido contrario. La zona del accidente es una recta extensa, ubicada en un tramo de visibilidad media, sin iluminación artificial y con presencia frecuente de vientos cruzados.

Aún no se ha confirmado si las condiciones climáticas tuvieron influencia directa en el choque, aunque las autoridades locales señalaron que se registraban ráfagas de viento de hasta 60 km/h en el momento del impacto, además de temperaturas bajo cero que podrían haber generado formación de escarcha en el asfalto.

Víctimas fatales e identificación

La Policía Provincial confirmó que los fallecidos fueron cuatro: el chofer del camión de carga, que murió en el acto, y tres pasajeros del ómnibus, cuyas identidades aún no han sido reveladas oficialmente por respeto a las familias.

El chofer del micro, por su parte, resultó herido, pero se encuentra fuera de peligro. Se espera que en las próximas horas brinde declaración testimonial ante la fiscalía que investiga el hecho.

Atención médica y respuesta de emergencia

Tras el llamado al 911, se activó de inmediato el protocolo de emergencias interinstitucional. Al lugar acudieron unidades del Ejército Argentino, Policía de Santa Cruz, Bomberos Voluntarios, personal de Defensa Civil y ambulancias tanto públicas como privadas.

Los heridos fueron derivados al Hospital Regional de Río Gallegos, donde fueron atendidos por politraumatismos, contusiones torácicas y fracturas. Dos de ellos —un hombre y una mujer adultos— debieron ser operados por lesiones en clavícula y húmero. Además, dos niños que viajaban en el micro fueron evaluados y afortunadamente no presentaron complicaciones.

El director médico del hospital, Dr. Ricardo Márquez, confirmó en una conferencia de prensa que “la mayoría de los pacientes están fuera de peligro, con lesiones menores”, y destacó el trabajo coordinado entre los servicios de emergencia.

Investigación en curso

La Fiscalía de Río Gallegos inició una causa por “homicidio culposo agravado” e investiga las circunstancias que llevaron al impacto. Peritos de la Policía Científica trabajan desde anoche en el lugar del accidente para relevar huellas, determinar el punto de colisión y reconstruir la trayectoria de ambos vehículos.

Se ordenó la extracción de sangre a ambos conductores (en el caso del fallecido, para confirmar ausencia de alcohol o sustancias) y se analizarán los registros de mantenimiento del camión y el micro, así como sus respectivas cajas negras, en caso de estar disponibles.

Uno de los aspectos que será objeto de análisis es si alguno de los vehículos invadió el carril contrario, si hubo una maniobra evasiva fallida o si existieron factores externos como un desvío forzado por obstáculos en la calzada.

Seguridad vial en la región: una preocupación constante

La Ruta Nacional 3 es una de las arterias más transitadas del sur argentino, especialmente para el transporte de carga y servicios de larga distancia. El tramo entre Río Gallegos y Güer Aike ha sido históricamente escenario de accidentes graves, producto de la combinación entre condiciones climáticas adversas, escasa infraestructura y largas distancias sin puntos de control.

Según datos del Observatorio Vial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), en 2024 se registraron 42 siniestros viales graves en rutas de Santa Cruz, con un saldo de 61 víctimas fatales. El 37% de esos accidentes involucraron vehículos de transporte pesado.

Organizaciones civiles como “Estrellas Amarillas” han reclamado en reiteradas oportunidades mejoras estructurales para ese tramo de la Ruta 3, incluyendo iluminación, señalización vertical y controles de velocidad más frecuentes. También se han pedido campañas de concientización específicas para choferes de larga distancia.

Reacciones oficiales

El gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, expresó su “profundo pesar” por lo sucedido y envió sus condolencias a los familiares de las víctimas. “Estamos en contacto con las autoridades sanitarias y judiciales para garantizar que los heridos reciban toda la atención necesaria y que se investigue a fondo este trágico hecho”, declaró.

Desde el Ministerio de Transporte de la Nación indicaron que “se están analizando medidas de refuerzo en materia de fiscalización vial” y que se colaborará con las pericias técnicas a través de la CNRT y la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

Cierre

La tragedia ocurrida en la Ruta Nacional 3 deja al descubierto una vez más la fragilidad del sistema vial en las zonas australes del país. Cuatro personas perdieron la vida en un siniestro que, como tantos otros, podría haberse evitado con mejores condiciones estructurales y mayor fiscalización.

Mientras se aguarda el resultado de las pericias y el avance judicial, el foco debe mantenerse en atender a los heridos, acompañar a los familiares de las víctimas y trabajar preventivamente para que hechos similares no vuelvan a repetirse. Porque detrás de cada estadística, hay vidas truncadas, familias rotas y comunidades que cargan el peso de la ausencia.