Vicuña–China Suárez: qué hay detrás de la nueva escalada y qué pueden decidir los jueces sobre los hijos en común

Reunión de abogados, viajes a Turquía y mensajes cruzados en redes: cómo se reconfigura el régimen de cuidado de Magnolia y Amancio y qué herramientas legales hay para bajar el conflicto público.

Qué pasó (y por qué estalló de nuevo)

El vínculo entre Benjamín Vicuña y Eugenia “China” Suárez volvió a tensarse tras el ida y vuelta por las autorizaciones de viaje de sus hijos a Turquía y los posteos con acusaciones personales. En paralelo, los equipos legales de ambos avanzan hacia una reunión clave para fijar próximas visitas y afinar el esquema de cuidado compartido. Detrás del ruido mediático hay una discusión concreta: quién decide qué, cuándo y cómo en la vida cotidiana de los chicos cuando uno de los padres proyecta períodos largos en el exterior.

Los puntos finos que se debaten

  • Autorizaciones de viaje: en Argentina, los menores necesitan permiso del otro progenitor (o judicial) para salir del país. Cuando hay estadías extendidas en el exterior, se suele pedir un calendario anual con ventanas de visitas y traslados definidos.
  • Cuidado y comunicación: además del tiempo presencial, los jueces miran continuidad escolar, rutinas y contacto virtual regular con el padre/madre que queda en el país.
  • Exposición pública: cuando el conflicto se vuelve contenido de redes o TV, los juzgados pueden ordenar medidas de no innovar o restricciones de difusión que involucren a los menores (a veces llamado “bozal legal”), priorizando el interés superior del niño.

¿Puede haber acciones legales “a fondo”?

Sí, pero eso no significa una “guerra total”. Lo más habitual en estos casos son:

  1. Homologar acuerdos alcanzados por los abogados (régimen de cuidado, viajes, gastos, vacaciones).
  2. Pedir medidas cautelares: por ejemplo, que ningún posteo o entrevista mencione aspectos sensibles de salud o intimidad de los chicos.
  3. Ajustar autorizaciones de viaje según el calendario escolar argentino/turco y compromisos laborales de los padres.

Todo ese menú es más probable que una demanda explosiva: la experiencia indica que los jueces empujan a desescalar y a blindar a los menores del show mediático.

El factor reputacional (y cómo puede jugar)

El capítulo mediático pesa. Un posteo con insinuaciones de adicciones, una respuesta pública del otro lado y la amplificación de programas de espectáculos impactan en:

  • La negociación: cuando una parte siente que quedó expuesta, endurece posiciones.
  • La agenda laboral: marcas y productores suelen evitar figuras en medio de incendios públicos prolongados.
  • La mirada judicial: no se juzga “quién gana likes”, sino quién protege mejor a los chicos. Publicaciones que puedan estigmatizar a un padre/madre no suman en tribunales.

Qué dicen (hasta ahora) las partes

  • Del lado de Suárez, su representación legal planteó falta de “reciprocidad” con los permisos y sostiene que buscan previsibilidad para compatibilizar vida familiar y trabajo en el exterior.
  • Del lado de Vicuña, hubo desmentidas y defensa de su rol paterno en declaraciones públicas, además de señales de que observan cada paso antes de avanzar judicialmente.

(Este medio no pudo verificar de forma independiente eventuales audios/chat privados; cualquier afirmación sobre la vida íntima de los protagonistas permanece en el terreno de versiones y así debe tratarse.)

Qué viene ahora

  • Mesa técnica entre abogados para definir un calendario de visitas y logística de traslados (quién viaja con los chicos, fechas, costos, seguros, colegio).
  • Posibles pedidos de cautela para limitar declaraciones públicas que involucren a los menores.
  • Un comunicado sobrio de ambas partes —o, al menos, silencio pactado— sería la señal de que el tema pasó del estudio de TV al expediente y que la prioridad real son los chicos.

En síntesis

Esto no es (o no debería ser) una historia de venganza, sino una de corresponsabilidad parental con proyección internacional. Si hay algo que los jueces repiten en estos casos es simple: menos show, más acuerdos.

CIERRE

La disputa Vicuña–Suárez seguirá sumando titulares, pero lo sustantivo pasará por un papel firmado: cronograma, reglas claras y bajada de tono en redes. En materia de familia, la única victoria que vale no es mediática: es la que ordena la vida de los chicos y reduce el daño colateral.